La
Formula 1 se transformó en una verdadera devoradora de pilotos. Quienes logran
una plaza en los equipos "chicos" deben mostrar rápidamente sus
condiciones con un medio motor que no es acorde.
Si
se vence o no a los compañeros de equipo es el primer parámetro que se tiene en
cuenta. También, el hecho de que los primeros diez equipos clasificados en el
campeonato de constructores son los que reciben un premio económico, batir a
aquel equipo con el que se disputa dicha posición es otra de las alternativas.
Marussia y Caterham son los equipos que se han encontrado enfrascados en las
últimas temporadas en dicha lucha.
¿Qué
podemos decir de sus pilotos? El único que ya contaba con una temporada sobre
sus hombros era Charles Pic quien, en 2012, defendió los intereses de Marussia.
El resto, eran rookies: Giedo Van der Garde (Caterham), Max Chilton (Marussia)
y Jules Bianchi (Marussia) forman el trío cuyo desempeño en esta, su primera
temporada, analizaremos a continuación.
Giedo
Van Der Garde tuvo altibajos durante los fines de semana de Grand Prix pero, su
punto más alto ha sido indudablemente la clasificación del Grand Prix Belgica donde situo a su Caterham
en la Q2. Las inclemencias climáticas fueron de ayuda en gran parte, pero no
por ello desmerece el logro del piloto. Spa-Francorchamp no es circuito fácil,
y dominar un Caterham en dichas condiciones adversas es una muestra de pericia.
Max
Chilton ha logrado un record que la prensa ha destacado con creces. Ser el
primer rookie en completar la temporada completa. Largo y cruzó la linea de
meta en todas las carreras. Loable la marca obtenida por el inglés pero, por
otra parte, su tarea fue navegar al final del pelotón. Los riesgos así se
encuentran por demás minimizados. Quizás, el objetivo cumplido, es muestra de
que no arriesgó lo suficiente. No todo es cuestión de llegar sino que, por el
contrario, la forma de resolver las incidencias de las carreras -por más que
ello pueda implicar el riesgo de no terminar la carrera- muestra si el piloto
tiene o no condiciones. Si Max Chilton logra obtener una butaca para la
temporada 2014 deberá elevar su juego claramente.
Su
compañero, el francés Jules Bianchi, tuvo una tarea más destacada, peleando
contra los Caterham y mostrando a los entendidos porque es un candidato a largo
plazo para ocupar una butaca de Ferrari. El camino es intrincado, los destellos
de calidad se vieron, queda confirmar si logrará afianzarse en la temporada
venidera.
Cabe
concluir que para poder consolidarse, es necesario arriesgar. Chilton fue el
más conservador de los tres. Por su parte, Van der Garde aprobó el examen en el
difícil Spa y, la gran promesa, la grata revelación de estos equipos del fondo
del pelotón ha sido el francés Jules Bianchi.
Parece
que el futuro a mediano plazo nos muestra, después de varias décadas, a dos
franceses que estarán luchando por los puntos grandes. Grosjean, se encuentra
consolidado en Lotus, Bianchi es la promesa. Francia, por su historia, se merece
reverdecer los laureles que en otras épocas Alain Prost, Patrick Tambay, Jean
Alesi, Jacques Laffite, Rene Arnoux entre otros.
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