Hoy,
compartimos un interesante extracto de la nota “Fangio y la veloz tortuga” de Rodolfo
Braceli publicada en el diario argentino “La Nación” del 15.03.2009. Aquí,
veremos la admiración de Fangio por… las “tortugas”.
Parece
una paradoja que uno de los máximos exponentes del deporte motor, cuya característica
principal es la velocidad, admire a uno de los seres vivientes más lentos. Pero
que mejor que leer la cita de la nota para encontrarnos nuevamente con otra gran
enseñanza del quíntuple, que fue y será por siempre, un grande dentro y fuera
de las pistas.
“…
Diciembre de 1990. Otro reportaje, esta vez en una oficina de Avenida del
Libertador. Juan Manuel Fangio interrumpe para atender una llamada de larga
distancia. Esta vez es cuando aprovecho para bichar su lugar de trabajo y
encuentro que el único adorno explícito es una pesada tortuga de bronce. Joder
con la paradoja.
-Justamente usted,
cinco veces campeón mundial, con una tortuga..
-Simpatizo
con ellas. Digame, ¿usted vio alguna vez una tortuga agitada?
-Nunca.
-¿Y
vio una tortuga que se rompiera una pierna?
-No, no vi.
-¿Vio
alguna que se llevara algo por delante?
-No, tampoco.
-Por
todo eso simpatizo con las tortugas. Porque siempre llegan. No tienen
accidentes, como los humanos. Bueno, y porque tienen la buena costumbre de
vivir muchos años.
-¿Usted quiere
vivir muchos años, Fangio?
-Y,
ya que estamos... Pero eso sí, sin estorbar el tránsito.
-Le gusta vivir, se
ve.
-Si
es trabajando, sí.
-Dicen que vivir es
el arte más difícil de aprender.
-Así
parece: es más difícil vivir que correr.
-¿Por qué lo dice?
-Las
carreras duran un par de horas, hijo, pero la vida dura toda la vida…”
Recomendamos
leer la nota completa en "Fangio y la veloz tortuga" de Rodolfo Braceli
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